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Arquitecturas del discurso

Arquitecturas del discurso nace de una reflexión sobre la función de la práctica comisarial contemporánea, basada en la diferencia entre la creación teórica de modelos y su reproducción.

El proyecto parte de una serie de reflexiones generadas entorno al estudio del espacio arquitectónico de la Fundació Antoni Tàpies, el fondo de publicaciones periódicas de la biblioteca y la escultura de Antoni Tàpies Núvol i cadira (1990), instalada en el tejado del edificio.

Arquitecturas del discurso cuenta con el comisariado general de Ute Meta Bauer y la participación de una serie de colaboradores que pertenecen a campos muy diversos, desde la antropología cultural, el diseño y las acciones contrahegemónicas hasta las traducciones sonoras.

Arquitecturas del discurso trabaja este sentido de autoinvestigación para articular una construcción discursiva a través de las líneas que surgen del flujo reflexivo, no fijadas a objetos o formas, sino a formulaciones expresadas en diversos formatos. De esta manera, el proyecto y sus colaboradores pueden transmitir su idea desde una correspondencia directa con los parámetros que influyen en el espacio social vivido y en los vínculos transformadores entre arte y sociedad y sus códigos y valores.

Arquitecturas del discurso se organiza en torno al sentido de dérive comisarial en el marco de una institución artística, en el lugar donde confluyen la sala de exposiciones y la biblioteca (nivel 1 de la Fundació Antoni Tàpies). Los actos que tengan lugar en la biblioteca se extenderán también a la sala de exposiciones, y viceversa. El proyecto traduce el punto de encuentro de ambas salas -arquitectónico y sólido- en conceptos espaciales: de intercambio, movimiento e información. El formato híbrido de la exposición proviene, en parte, de los puntos de anclaje que selecciona el proyecto a partir del marco de referencia específico de cada participante, con la intención de interrelacionar y subrayar una diversidad de enfoques, con apelaciones a la vista y a otros sentidos, y a una intención de información/comunicación, que abarca desde nuevos materiales impresos, eventos y medios de comunicación, a intervenciones arquitectónicas. En conjunto, se pone de relieve una poética asociativa de construcción, que articula las nuevas formas que se ponen en juego a través del imaginario social generado por una cultura de restricciones.

El carácter de Arquitecturas del discurso expresa la influencia de los marcos teóricos en que se basa el proyecto: desde el discurso feminista hasta teorías políticas y mediáticas. Estos discursos están asociados a unas prácticas culturales y artísticas comprometidas y críticas desde numerosas posiciones. Arquitecturas del discurso hace una investigación y un planteamiento que sugiere una función que los actuales comisarios de exposiciones todavía tienen que reconocer como suya: la labor de permitir y mantener con eficacia unas relaciones críticas abiertas que expresen los vínculos entre la práctica artística, las instituciones, la cultura vivida del día a día y el espacio social. Y este reconocimiento ha de adoptar la forma de diálogo y comunicación.