La Fundació Antoni Tàpies cerrará temporalmente durante el día 25 de abril de 2024, a partir de las 17.00 h. Perdonen las molestias.

Llibreria
Logo Fundació Antoni Tàpies

Hans Haacke. ’Obra Social’

«Si el arte contribuye entre otras cosas a condicionar nuestro modo de ver el mundo y de configurar las relaciones sociales, entonces hay que tener en cuenta qué imagen del mundo promueve y a qué intereses sirve.» Hans Haacke

La obra de Hans Haacke (Colonia, 1936) ha tomado la forma, las palabras y el estilo de sistemas externos al mundo del arte -desde el sistema físico y ambiental hasta el social y político-, con la finalidad de comunicar las frecuentes interdependencias y equivalencias que se establecen entre ellos. Haacke se apropia de los significados que prevalecen en estos sistemas, los selecciona y organiza fuera de sus fuentes, y los recontextualiza en el ambiente del museo o de la galería. Subrayando hechos aceptados como ordinarios y desenmascarando otros ignorados, incrementa la conciencia de las ideas.

Los mensajes que comunica este artista se enfrentan abiertamente al statu quo. De ahí el rechazo hacia Haacke de historiadores y críticos -que denuncian la aparente ausencia de cualidades específicamente estéticas en su producción-, y de las autoridades culturales, que evitan presentar sus propuestas artísticas en el marco de las instituciones que dirigen, a causa de la dura crítica social y política que contienen. Por consiguiente, la heterodoxia y la polémica son características que determinan la obra de Haacke.

Hans Haacke estuvo vinculado al grupo Zero de Düsseldorf, un colectivo de jóvenes artistas que, a finales de los años cincuenta, se caracterizó por la búsqueda de nuevas estrategias artísticas. Haacke encontraría muy pronto sus propias estrategias. Partiendo de elementos naturales (el hielo, la tierra, el agua, el aire), creaba estructuras complejas en las que el tiempo, la energía y el espacio adquirían formas transitorias, de modo que no obtenía piezas de exposición petrificadas sino procesos que él llamaba sistemas de tiempo real. Así por ejemplo, en Condensation Cube (Cubo de condensación, 1963-1965), provocaba un proceso de condensación de agua en el interior de un cubo de plexiglás sellado, donde se formaban gotas de distintas medidas, algunas de las cuales crecían tanto que resbalaban por las paredes del recipiente dejando su rastro vertical. El aspecto del contenedor cambiaba lenta, pero constantemente, y no se repetía nunca.

De la experimentación con sistemas físicos pasó al sistema animal, y luego a investigar y manipular sistemas de información. Si en sus obras siempre se había detectado el impulso de intimidar al espectador, a finales de los años sesenta lo involucró en la obra mediante encuestas y estudios. En Polls (Encuestas, 1969-1973), Hans Haacke efectuó una serie de encuestas entre el público asistente a distintas exposiciones celebradas en Alemania y Estados Unidos. Se solicitaba a los visitantes datos que incluían desde su lugar de nacimiento y residencia a su postura ante un hecho político determinado. Los datos recogidos se procesaban por ordenador a fin de obtener el perfil estadístico de los visitantes de la muestra.

Como precursor de un arte entendido de modo ecológico y representante de un arte de orientación procesual, en 1971, los responsables del Solomon R. Guggenheim Museum decidieron dedicarle una exposición individual. Para esta muestra, Haacke concibió Shapolsky et al. Manhattan Real State Holdings, a Real-Time Social System, as of May 1, 1971 (Shapolsky et al. Sociedades inmobiliarias de Manhattan, un sistema social de tiempo real, a 1 de mayo de 1971), donde denunciaba el sistema de depauperación planificada de barrios urbanos propio de la especulación inmobiliaria. Este trabajo le costó la exposición individual en el Guggenheim, ya que se negó a renunciar a él por la vía de la autocensura que le recomendaba el entonces director del museo neoyorquino, Thomas M. Messer. De la experiencia de esta censura se nutre la obstinación y la lucidez con que Haacke ha contraatacado desde entonces frente a las intromisiones de la economía y la política en la cultura. Hans Haacke, a partir de un riguroso trabajo de documentación, investiga y demuestra las múltiples interconexiones por las que una obra de arte nunca es neutra, sino que ejerce un determinado papel en la sociedad.

Entre los últimos trabajos de Haacke destaca la obra Germania, creada para el Pabellón de Alemania en la Bienal de Venecia de 1993, y la instalación Dyeing for Benetton (Morir y teñir por Benetton, 1994), realizada en la galería John Weber de Nueva York, sobre la polémica figura de Luciano Benetton. El pasado diciembre se estrenó una escenografía suya en Berlín, creada para un espectáculo de teatro y danza de Johann Kresnik, en la que cuestionaba la figura del escritor alemán Ernst Jünger.

La exposición de Hans Haacke presentada por la Fundació Antoni Tàpies desarrolla un proyecto inédito concebido específicamente para esta ocasión, a la vez que incluye obras de otros períodos de su producción. Estas piezas, entre las que destacan la citada Shapolsky et al., Der Pralinenmeister (El maestro chocolatero, 1981) y MetroMobiltan (1985), se exhiben en la Fundació mostrando los estrechos vínculos que el artista establece entre ellas y las propuestas concebidas para la muestra de Barcelona.