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Andy Warhol: cine, vídeo y tv

Procedente del mundo de la moda y de la publicidad, Andy Warhol (Filadelfia, 1929 – Nueva York, 1987) se inició en el campo de la pintura (y muy pronto, en el del cine) en un momento en que artísticamente triunfaba el expresionismo abstracto norteamericano, con figuras tales como Jackson Pollock, Mark Rothko o Willem de Kooning.

Consciente de la importancia creciente de los objetos de consumo ampliamente difundidos gracias a los medios de comunicación, Warhol empezó a desarrollar, durante los años sesenta, un arte de raíz claramente popular (opuesto al carácter elitista e intelectual que algunos atribuían al expresionismo abstracto), a partir de iconos extraídos de la vida cotidiana y repetidos mediante serigrafía.

Aunque como alumno del Carnagie Institute ya había hecho algunas incursiones en el mundo del cine a finales de los años cuarenta, no es hasta 1963 cuando Warhol empieza a realizar películas de un modo más sistemático. Su diversificada producción cinematográfica describe una evolución que sigue la propia historia del cine, desde el mudo al sonoro, de la cámara fija al zoom o a las panorámicas e incluso a la obtención de efectos estroboscópicos mediante estrategias de montaje.

La evolución cinematográfica de Warhol podría resumirse en varias series de películas: los primeros filmes minimalistas de 1963-1964, como Sleep, Kiss, Haircut, Blow Job, Eat, Empire y Henry Geldzahler, cintas largas y estáticas en las que no había ninguna clase de intervención ni tratamiento técnico; las primeras narrativas experimentales, como por ejemplo, Tarzan and Jane Regained… Sort Of (1963); los Screen Tests y otras películas-retrato rodadas entre 1964 y 1966; las películas sonoras con guión realizadas en colaboración con Ronald Tavel durante 1965 y 1966; las películas de Eddie Sedgwick; los experimentos con la proyección multipantalla, como en Chelsea Girls (1966-1967); los filmes sobre sexploitation o «sexplotación» (**** [Four Stars]); las películas rodadas en exteriores como Lonesome Cowboys, parodia gay del género del oeste, y San Diego Surf (1967-1968); y finalmente, la serie de películas producidas por Warhol, pero dirigidas por Paul Morrissey, que se inicia con Flesh en 1968.

La aportación de Andy Warhol al mundo del cine puede sintetizarse a partir de dos tropos que caracterizan su producción. Por una parte, el uso de la cámara fija para crear composiciones estáticas sin ningún hilo narrativo (aunque existen múltiples excepciones que rompen el encuadre único); y por otra, la toma larga, muchas veces proyectada a la velocidad del cine mudo, una mirada penetrante y escrutadora que se acerca mucho a la mirada del voyeur. Sin embargo, en determinados momentos, Warhol utilizó procedimientos de montaje que deconstruían esta toma, por ejemplo el corte estroboscópico, una modalidad de ruido visual y auditivo que interrumpía una secuencia de acontecimientos, o bien la elipsis. El uso de estos recursos cinematográficos, siempre abiertos a posibles accidentes, suponía ya desde el principio establecer unos límites al medio, algo que Warhol utilizaba como impronta personal.

El 1965 la revista Tape Recording le dejó a Andy Warhol una cámara de vídeo y un magnetoscopio Norelco de última tecnología para que experimentara durante todo un mes, con la condición de que después explicara su experiencia con el nuevo medio en una entrevista exclusiva. De esta práctica surgieron los Factory Diaries, que reflejaban las actividades cotidianas que tenían lugar en la Factory. Cinco años más tarde, coincidiendo con cierto distanciamiento del cine, Warhol adquirió un equipo de vídeo portátil (un Sony Portapack) con el que filmó una nueva remesa de Factory Diaries (1971-1976), con múltiples viajes y entrevistas. A medida que su interés se centraba más en la televisión, estos diarios se hicieron menos frecuentes. A mediados de los años setenta, Warhol desarrolló con Vincent Fremont varias ideas y programas piloto para unas series narrativas (Vivian’s Girls, Phoney y Fight), y más tarde produjo programas televisivos en color, dirigidos por Don Munroe, dedicados al mundo de la moda (Fashion, 1979-1980). Esta experiencia le llevó a concebir un nuevo programa de entretenimiento que tomaba como modelo su revista Interview (Andy Warhol’s TV), del que se hicieron dieciocho episodios entre 1980 y 1982. Paralelamente, en 1981, realizó tres segmentos de un minuto de duración para el popular programa de televisión Saturday Night Live, en los cuales el artista reflexionaba sobre cuestiones tales como la muerte, la moda o el estilo de vida gay. Estas piezas son probablemente la mejor aportación de Warhol al medio.

La televisión permitió a Warhol construirse una imagen de personalidad mediática que le convirtió en una auténtica celebridad de la cultura contemporánea. Sus programas le llevaron de nuevo al mundo de la moda y la publicidad, y su popularidad se confirmó con una intervención como estrella invitada, representándose a él mismo, al programa The Love Boat (Vacaciones en el mar) en 1985. Ese mismo año, Warhol inició su último programa, Andy Warhol’s Fifteen Minutes, para la cadena nacional MTV. Cada episodio, de quince minutos de duración, ofrecía una mezcla de música y cultura pop. El programa se terminó en 1987 con la muerte del artista. El último episodio transmitió su funeral.

La muestra que presentó la Fundació Antoni Tàpies se dividía en tres partes: la proyección de un ciclo retrospectivo de la filmografía de Andy Warhol en el auditorio de la Fundació; una exposición formada por los vídeos, anuncios y programas de televisión del artista, junto con una serie de fotografías realizadas por algunos de sus colaboradores (Christopher Makos, Billy Name, Stephen Shore), por la instalación Outer and Inner Space, realizada en 1965, que combina una tecnología experimental y una estructura multipantalla con los rigores del retrato tradicional, y por la creación de un ambiente inspirado en la Factory, con experimentos fílmicos no concebidos para ser proyectados en salas de cine; y, finalmente, una publicación monográfica que consistía en una edición crítica de artículos acompañada de una abundante documentación gráfica.