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Garry Winogrand: ficciones del mundo real

Winogrand fue una figura controvertida a lo largo de toda su carrera. Nació en el Bronx de Nueva York el 14 de enero de 1928. En 1947 inició sus estudios en el City College de esta ciudad, pero muy pronto, en 1948, se apuntó a las clases de pintura que Henry Carnohan impartía en la Columbia University.

Aconsejado por su condiscípulo George Zimbel (que hacía de fotógrafo para Columbia Spectator), se introdujo enseguida en el mundo de la fotografía. “Zimbel -escribe Szarkowski- enseñó a Winogrand la habitación oscura del sótano del edificio de arquitectura, que estaba abierto las veinticuatro horas del día. Era la primera vez que Winogrand veía el proceso fotográfico, y la sencilla magia del proceso lo cautivó totalmente.”

En 1949 se apuntó a las clases que Alexey Brodovitch impartía en la New School for Social Research de Nueva York. Como director artístico de Harper’s Bazaar, Brodovitch fue uno de los portavoces más significativos de las nuevas tendencias fotográficas.

En 1951 la agencia Pix contrató a Winogrand como colaborador, en donde, a parte de encontrarse de nuevo con Zimbel, conoció a Ed Feingersh, uno de los máximos exponentes de la nueva fotografía americana. En 1954 Feingersh lo recomendó al agente Henrietta Brackman -con quien trabajó hasta 1955- representaba, entre otros, a Dan Weiner, uno de los fotógrafos más importantes del momento. Sus fotografías se empezaron a publicar esporádicamente en Collier’s, Argosy, Pageant, Redbook, Men, Gentry, Climax y Sports Illustrated. En aquella época, escribe Szarkowski, Winogrand “explotaba los temas superficiales, de interés humano y de influencia social que sus colegas también explotaban, y en muchas ocasiones, sus fotografías no se podían distinguir claramente de las hechas por otros fotógrafos de su generación.” Sin embargo, algunas de sus obras de aquella época denotan una singularidad diferenciadora, especialmente aquellas que describen “un mundo lleno de energía visceral y de una belleza provocativa que casi llega a ser violencia”.

A finales de 1955, Winogrand -junto con Adrienne, su mujer- hizo su primer «viaje fotográfico» por Estados Unidos. Por aquel entonces había entrado en contacto con la obra de Walker Evans, que le había causado una fuerte impresión. Es importante recalcar que, en aquella época, Robert Frank -admirador también de Evans, pero a quien Winogrand no conocía- realizaba la serie de fotografías para el libro The Americans, obra que tuvo una gran repercusión.

En aquellos años, el fotoperiodismo entraba en un periodo de crisis, en parte motivado por la importancia creciente que iba adquiriendo la televisión, que convertía el citado género fotográfico en algo anacrónico. Winogrand sufrió las consecuencias de ello, dejando de recibir encargos de sus clientes habituales -entre los cuales estaba la revista Collier’s, que recientemente había dejado de publicarse- e iniciando un período de reflexión entorno a su propia obra. La muerte prematura de su amigo Feingersh y el inicio de la disolución de su matrimonio con Adrienne hicieron aún más evidente la crisis personal con la que Winogrand tuvo que encarar los últimos años de la década de los cincuenta. Más tarde, Winogrand diría que fue hacia 1960 que se convirtió en un fotógrafo serio.

Entre 1960 y 1965, el tema central de gran parte de su producción fue la mujer en la calle, motivo que Winogrand nunca abandonó y sobre el cual, en 1975, publicó el libro Women are Beautiful.

Durante los primeros años de la década de los sesenta realizó igualmente una extensa serie de fotografías en el zoológico del Central Park de Nueva York, aprovechando a veces los paseos que hacía con sus hijos. En 1969 publicó una selección de estas imágenes en The Animals.

Por aquel entonces, Winogrand empezó a utilizar, en las fotos que realizaba por la calle, lentes de gran angular, experimentando nuevas composiciones. Las utilizaba, según Szarkowski, «como una forma de incluir lo que él quería desde un punto de vista estratégico más cercano, desde el cual podía fotografiar un paseante de pies a cabeza (por ejemplo) desde una distancia que normalmente sólo utilizamos para enfocar caras». A menudo compensaba las distorsiones provocadas por el gran angular cortando como le convenía los márgenes de sus fotografías; a medida que fue adquiriendo más control sobre esta técnica, su libertad expresiva se hizo cada vez más evidente. Así pues, al paso que fue abandonando los encargos comerciales y que su interés por el periodismo se iba perdiendo, las fotografías de Winogrand fueron adquiriendo un aire cada vez más personal.

En la década de los setenta, las imágenes que Winogrand captaba en la calle, en los estadios de fútbol o en las ferias de ganado de Fort Worth incorporaban una mayor complejidad conceptual y compositiva. Por ejemplo, la fotografía que realizó en 1974 durante un partido de fútbol en la University of Texas, en la cual los veintidós jugadores están en movimiento. En esta fotografía, el azar juega un papel preeminente.

Durante aquellos años, Winogrand también trabajó intensamente fotografiando acontecimientos públicos -motivo que ya le era familiar desde que, en 1960, realizó una serie de fotografías durante la celebración de la Convención Nacional del Partido Demócrata. La controvertida exposición Public Relations, que The Museum of Modern Art de Nueva York acogió en el año 1977, agrupaba los mejores ejemplos.

Winogrand compaginó, desde los años sesenta, su carrera como fotógrafo con su labor académica, primero en la Parsons School of Design de Nueva York, y succesivamente y de manera esporádica en la School of Visual Arts y en la Cooper Union for the Advancement of Science and Art, las dos de Nueva York, en el Institute of Design de Chicago, en el Massachusetts College of Art de Boston, en el Columbia College, también de Chicago y en la University of California de Los Ángeles, entre otros. El vínculo más intenso con el mundo universitario lo estableció, haciendo de profesor en la University of Texas, en Austin, en donde se estableció durante cinco años (1973-1978). Durante este período realizó la serie de fotografías de la Feria de ganado y el Rodeo de Fort Worth.

En 1978, Winogrand abandonó definitivamente la enseñanza. Había conseguido cierta estabilidad económica y decidió dedicarse plenamente a su carrera de creador. Instalado en Los Ángeles, aprovechó una beca de la John Simon Guggenheim Foundation para fotografiar aspectos de la vida en la ciudad californiana. Los motivos de las series fotográficas a partir de entonces son recurrentes: el Farmer’s Market, Hollywood Boulevard, el Grauman’s Chinese Theater, la Muscle Beach… Durante los últimos años de su vida -murió en Méjico el 19 de Marzo de 1984- Winogrand fue un trabajador incansable, haciendo fotos a un ritmo casi frenético. Son testimonio de ello los miles de carretes que Winogrand dejó sin revelar.

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