Llibreria
Logo Fundació Antoni Tàpies

Francis Picabia. Máquinas y españolas

«La carrera artística de Picabia es una serie calidoscópica de experiencias.» Marcel Duchamp

El carácter impetuoso e inconformista de Francis Picabia (París, 1879-1953) confiere a su trayectoria artística una dimensión de renovación permanente que constituye su característica esencial. Picabia es un artista versátil, siempre orientado hacia el cambio. Postimpresionismo, fauvismo, cubismo, dadaísmo o surrealismo son movimientos con los que se relaciona en un momento dado para distanciarse de ellos después.

A lo largo de una vida errante, Picabia fija su residencia en París, Nueva York, Barcelona y Zúrich. Toda esta amalgama de tendencias y culturas se traduce en una obra que se define por la convivencia de antagonismos. El mestizaje y el polimorfismo son, así pues, los principios creadores de su obra pictórica y literaria.

El hilo conductor de la exposición dedicada a Francis Picabia es la idea, intrínseca a su obra, de España como crisol del mestizaje. En la obra y en el espíritu de Picabia fluctúa una imagen latente de España como un lugar donde todo es posible, donde todo concurre en una hibridación fructífera. Para el artista, ese país aglutina elementos diversos e incluso opuestos que acaban relacionándose y fundiéndose con toda naturalidad: en él conviven la pintura figurativa de raíz onírica, por un lado, y la pintura abstracta relacionada con la experimentación y la poética vanguardista, por otro. Para Picabia, España no es sólo una referencia iconográfica, sino también una fuente de exotismo y vitalidad, y sobre todo, un espacio ideal para la contradicción. Constituye un país mítico donde la aparición de máquinas, toreros y españolas se convierte en algo posible.

Picabia estableció un vínculo particularmente estrecho con la ciudad de Barcelona, que acabó siendo un destino clave en su peregrinación creativa. Durante los años 1915 y 1916, en plena confrontación bélica europea, el artista se autoexilió en Barcelona, como tantos otros creadores. En Barcelona publica los cuatro primeros números de su revista «391» y el libro de poemas Cinquante-deux miroirs. En 1922 expone en las Galeries Dalmau una serie denominada «máquinas y españolas». La relación con Barcelona se consolida con el número homenaje que Dau al Set publicó en 1953, con motivo de su muerte.

Francis Picabia. Máquinas y españolas acogió unas ciento cincuenta obras del artista, organizadas en cinco grandes secciones que reflejan las indagaciones plásticas más significativas de la producción artística de Picabia: la primera abstracción, que manifiesta influencias del cubismo y del futurismo; el período posterior al inicio de la I Guerra Mundial, en el que Picabia se convierte en uno de los primeros exponentes del movimiento dadá; los primeros años veinte, con la exposición en las Galeries Dalmau de Barcelona, donde combina dibujos mecanomórficos con retratos de españolas; las transparencias y los monstruos, que surgen cuando el artista rompe con el surrealismo; y por fin, el «realismo popular» y el interés por la figuración, los temas españoles y la última abstracción, tendencias que marcan el último período de su vida.

El catálogo de la muestra, profusamente ilustrado, contiene ensayos de Maria Lluïsa Borràs, William A. Camfield, Jean-Jacques Lebel y Annette Michelson. El libro se completa con un facsímil del catálogo de la exposición de 1922 en las Galeries Dalmau de Barcelona, que incluía un prefacio de André Breton. Fue Breton quien, en cierta ocasión, escribió a propósito de Picabia: «París es más grande que Picabia, pero Picabia es la capital de París.»