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Antoni Tàpies. El ácido es mi cuchillo

“Cuando sumerjo la plancha de cobre en una cubeta con ácido nítrico, en ese momento el ácido es mi cuchillo.”

Barbara Catoir. Converses amb Antoni Tàpies. Barcelona: Edicions Polígrafa, 1988: 121

 

Esta exposición muestra una selección de estampas y de libros de bibliófilo realizados entre 1988 y 1990 que ponen de manifiesto la experimentación de Antoni Tàpies en el campo del grabado. Dado que los aspectos materiales de la obra de arte se convirtieron en el elemento central de su trabajo, Tàpies hizo del ensayo con técnicas y elementos nuevos una constante. En este sentido, la calcografía le ofrecía una gama muy amplia de posibilidades expresivas.

Uno de los retos que conllevaba este medio era el de transferir al soporte, al papel, la riqueza de texturas que Tàpies conseguía con su pintura. Esta transferencia se hacía a través de la plancha de cobre, que Tàpies trataba de la misma manera que un cartón o un trozo de papel: hacía las mismas operaciones con los dedos, con los pinceles. Era otra forma de rascar en la que, como decía Tàpies, el ácido en que sumergía la plancha sustituía al cuchillo.

De entre las técnicas con las que Tàpies experimentó, esta exposición se centra en la calcográfica, es decir, el proceso de grabar una imagen en una plancha metálica mediante la acción del ácido. Hay dos tipos de procesos calcográficos: el aguafuerte y el aguatinta.

El aguafuerte se obtiene de las incisiones realizadas sobre una plancha cubierta de una fina capa de barniz resistente al ácido; allá donde se ha rascado el barniz, el metal queda al descubierto. La acción corrosiva de una solución de ácido nítirico rebajado con agua graba las incisiones en la plancha; el tiempo de inmersión determina la profundidad de la línea. Tras quitar el barniz sobrante, la plancha está lista para la estampación.

El proceso del aguatinta es similar al del aguafuerte. Se espolvorea resina en ciertas zonas de la plancha y se calienta. La resina se queda fijada y crea zonas tonales en lugar de líneas. El contacto con el ácido disuelve la superficie entre las partículas que no está cubierta por la resina, y crea una sensación granulosa cuando se estampa sobre el papel.

A diferencia de lo habitual en el grabado tradicional, la mayoría de las obras de la exposición son de gran formato. Dado que para hacerlas se requerían unas planchas de medidas que excedían el estándar, se tenían que utilizar dos o hasta tres para crear las distintas partes de cada estampa. Lo mismo ocurría con el papel, del cual también se utilizaban diversos trozos unidos –y de alto gramaje para aumentar su resistencia–, hecho que, en ocasiones, Tàpies resaltaba dejando visibles los puntos de sutura.

Tanto el conjunto de aguafuertes y aguatintas expuestos como las series de grabados de los libros de bibliófilo muestran una serie de imágenes que se relacionan y que establecen un vínculo común de naturaleza plástica. Motivos como la cruz, el pie, la letra y otros que se repiten en diversas formas no tienen un carácter narrativo, con un principio, un desarrollo y un final, sino de variaciones sobre un tema.

La exposición incluye en el nivel 2 la proyección del documental Tàpies (1990), dirigido por Gregory Rood y producido por BBC -TVE Catalunya, que muestra el proceso creativo de Antoni Tàpies en formatos diversos (pintura, grabado y cerámica), a la vez que desgrana diferentes sucesos de su vida y formación.

 

 

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